Ayer compré un pelo genial. Y ya sé a qué poupée se lo voy a poner, pero tengo que descansar unos días para poder estar despierta en mi trabajo. Ojalá mi hobbie y mi trabajo fueran la misma cosa, pero no lo son. Salvo en el taller de manga. Allí es un poco distinto. Porque me encanta el manga.
Les dejo unas fotos de Pon sin sus brazos.